30 agosto 2018
Sí, existe, y está en nuestra propia mano que podamos retomar de nuevo la rutina lo más rápido y lo menos “doloroso” posible.
Podemos definir el síndrome postvacacional como un “trastorno adaptativo” por el cual algunas personas tienen serias dificultades para retomar sus obligaciones diarias habituales normalmente, por haber estado durante un largo período de tiempo sin ellas. Este trastorno puede causar en las las personas que los sufren los siguientes síntomas:
Existen varios “trucos” que pueden facilitarte el proceso de adaptación a tu rutina diaria y por tanto, que te ayudarán a suavizar estos síntomas:
1.-Aprovecha tus vacaciones.
Las vacaciones están para aprovecharlas y existen porque son necesarias. Todos necesitamos pararnos un momento en el tiempo, salirnos de nuestra rutina y desconectar el cuerpo y sobre todo la mente. No sólo es positivo para mantener un estado de salud óptimo si no que mejorará tu eficiencia y tu capacidad de concentración. Vivir bajo el estrés puede traerte serios problemas.
2.- Cuando regreses, ¡no recuerdes!
Vivir martirizado nunca ayuda a nadie. No dejes que tu mente viaje en el tiempo reviviendo tiempos mejores no te ayudará en el proceso. Abre tu mente, sé positivo y piensa que si tienes vacaciones es porque tienes trabajo. Así que no te regocijes en ello y déjalo de lado.
3.- No empieces al día siguiente.
Si vuelves de viaje no empieces a trabajar al día siguiente. Lo mejor es que dejes un par de días de margen para que tu cuerpo y tu mente se vaya concienciando de la vuelta a la rutina.
4.- Recordatorio previo.
Cuando te reincorpores lo primero es regresar al último día antes de marcharte de vacaciones. Lo ideal que hubieses dejado anotado en un papel todo lo que quedaba pendiente y lo que estabas haciendo en ese momento. De este modo encontrarás tu punto de inicio y no te sentirás tan perdido. Si trabajas con un equipo pregúntales como han transcurrido los días y si hay alguna novedad de la que debas tener conocimiento. La información es lo más importante.
5.- Organiza tus tareas.
Siendo conocedor de toda la información necesaria lo segundo es que establezcas prioridades de mayor a menor urgencia. Si trabajas con correo electrónico lo mismo, prioriza los emails de mayor a menor importancia. De esta forma evitarás agobios innecesarios y estarás al día en tus tareas. También puedes marcarte plazos y establecer objetivos siguiendo estas prioridades.
6.- Alarga las mañanas.
Empezar la mañana a tropiezos no suele ser una bonita forma de iniciar un día de trabajo. Levántate con tiempo y desayuna con tranquilidad leyendo el periódico o escuchando música. Llegarás más relajado al trabajo y con más energía. Tómatelo con calma.
7.- Horarios equilibrados.
Llevar una vida constante y equilibrada contribuye a que nuestro cuerpo y nuestra mente se regule y se adapte mejor. Por ejemplo: levantarte a la misma hora todas las mañanas, comer y cenar a la misma hora, acostarse temprano… Todo ello disminuye nuestro estrés y mejora nuestra capacidad adaptativa.
8.- No renuncies al tiempo libre.
Estar trabajando no necesariamente implica que no puedas disfrutar de tu tiempo libre. Busca actividades que puedas disfrutar en tu día a día y que te ayuden a relajarte, por ejemplo: leer, escuchar música, quedar con los amigos, pasear, ir al cine…
9.- El ejercicio es tu mejor aliado.
Esto es algo de lo que todos estamos cansados de oír pero que nunca paramos de repetir: el ejercicio es fundamental para tener una buena calidad de vida. No solo fortalece y mejora todas tus capacidades físicas si no que calma y reconforta la mente, por ejemplo:
10.- No pienses en más vacaciones.
No te martirices pensando en tus próximas vacaciones: ¿cuándo serán?, aún falta mucho, ¿a dónde iré?… Sácate estas frases de la cabeza que no ayudan a nadie y solo concéntrate en tu día a día.
Esperamos que estos consejos te sirvan de ayuda y te deseamos que tengas una buena vuelta a la rutina.
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